Wall Street amanecerá el lunes en una ciudad fantasma, después de que el gobernador del Estado de Nueva York, Andrew Cuomo, ordenara que se suspendan todas las operaciones del transporte público en la ciudad de los rascacielos.
El metro, los trenes y autobuses pararán a partir de las 19 horas locales, media noche en la España peninsular, en el marco de los preparativos del huracán Sandy, donde además, 375.000 personas que viven en zonas bajas de la ciudad han sido advertidas de que están en potencial peligro si permanecen en sus viviendas.
Se repite así la situación vivida hace poco más de un año con Irene, pero en aquella ocasión el impacto de la tormenta se sintió en domingo.
Cuomo dijo "hay que estar plenamente preparados" para el peor de los escenarios. El demócrata no quiere correr ningún riesgo.
El alcalde de la ciudad, Michael Bloomberg, ya dijo en la víspera que se espera para el lunes el momento de mayor intensidad en el alza de las aguas que bañan Manhattan, Brooklyn, Queens y Long Island. Y no descarta que pueda marcar un récord. Los preparativos en la red de transporte comenzaron el sábado. El viernes, el New York Stock Exchange ya elaboró planes de contingencia.
Sandy es ya la mayor tormenta tropical de la historia de EE UU y amenaza también a Nueva Jersey. El sistema de transporte metropolitano sirve a 15 millones de personas en Nueva York, la mayor concentración urbana en EE UU. También conecta a los empleados que acuden a la ciudad de los rascacielos desde Nueva Jersey y Connecticut.
La suspensión arrancará con el metro y los trenes de cercanías, y a partir de las 21 horas locales se ampliará al autobús. Aún no hay órdenes de evacuación en Nueva York.
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