Matan a hombre por culpa de su perro

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"¡Esta maldita perra!", gritó el hombre cuando la cocker le olfateó la pierna. "Tranquilo, hermano. Es mía. ¿Te hizo algo?", le preguntó Antony Gioser Parra. "Me olió la pierna", le respondió. "Si quieres te compro un frasco de alcohol, si fue que te infectó", le dijo Antony. "Ese alcohol no va a ser suficiente para ti", contestó el desconocido. "¿Me estás amenazando?", replicó Antony. "Déjalo así", agregó el hombre y luego se dio la vuelta y se fue.

La discusión ocurrió el viernes a las 2:15 de la tarde en la Camurí Chico, estado Vargas. Antony había ido a la playa con su esposa, sus dos hijastros, una sobrina política y el esposo de la muchacha. Se habían llevado a la mascota.

Después del intercambio de palabras, el hombre se desapareció. A las 6 de la tarde la familia comenzó a recoger para subir a Caracas. Debían regresar a Petare, donde vivían.

A las 9:05 de la noche llegaron a la avenida Sucre de Catia. La buseta donde subieron se paró frente a una de las entradas de la estación del Metro Gato Negro. Los pasajeros comenzaron a bajar. Karina Hernández, la esposa de Antony, se levantó de su puesto y al voltear vio que la mujer que acompañaba al hombre con el que su marido había discutido estaba también en el porpuesto. Sin prestarle atención a la coincidencia, se bajó de la unidad. Su marido lo hizo después. Ya en la calle, una moto lo interceptó. "Estaba terminando de bajar unas cosas de la camioneta cuando el parrillero le disparó tres veces directo a la espalda. Al verlo, era el hombre de la playa", dijo Karina.

Antony trató de correr, pero a los pocos metros cayó. El hombre lo alcanzó y le disparó tres veces más directo a la cabeza, y luego huyó. Karina, sus dos hijos, su sobrina y el esposo de ella, ayudaron a orillar el cuerpo mientras conseguían un taxi para llevarlo hasta un centro asistencial. Lo llevaron hasta el hospital Periférico de Catia, pero llegó sin vida.

Encapuchados atacaron 

A Anderson Caraballo, de 18 años, lo mataron en una montaña del Jardín Botánico, el viernes a las 4:30 de la tarde.

Él fue con tres amigos a bañarse en una cascada artificial que se forma con el agua que sale del tanque que le distribuye agua al hospital Clínico Universitario. Cuando se disponía a bañarse, salieron tres hombres encapuchados y armados y le dispararon a Anderson. Los otros tres jóvenes lograron escapar. Al rato regresaron y arrastrándolo, lo llevaron hasta el Clínico Universitario. Ahí murió. Según Maidré Rodríguez, la mamá del muchacho, el responsable pudo ser un azote de La Charneca, donde su hijo vivía, pues en noviembre tuvo un impase con él.

El cuerpo de Anderson fue de los 27 que ingresaron a la morgue de Bello Monte desde la mañana del viernes hasta la de este domingo. Además su cadáver fue identificado con el número 75/01. Eso quiere decir que hasta las 6 de la tarde del sábado, que fue la hora de ingreso, habían rotado 75 cuerpos por la sala de autopsias de la medicatura forense en cinco días.

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