Para hablar de este tema, comenzaré mencionando algunas definiciones de la palabra "sufrir", como el acto de "sentir un dolor físico o moral"; "recibir con resignación un daño moral o físico"; "resistir, soportar"; "someterse a cierta prueba, cambio o fenómeno".
A menudo es común escuchar que el verdadero amor es el que nos hace sufrir. Tenemos tan tatuada esta creencia sociocultural que creemos que si amar a alguien no nos causa dolor, entonces no lo amamos profundamente. Bien lo dice una conocida canción: "amar y querer no es igual; amar es sufrir, querer es gozar"; y es precisamente esto lo que hemos aprendido durante generaciones, por lo que escaparse de este designio no es cosa sencilla.
Dentro de un amar de forma madura podría decirse que se espera que las personas se acepten (la mayor parte del tiempo) tal y cual son; que aun sabiendo sus defectos se respeten, acepten y amen por lo que son. Se pretende que sean cómplices, compañeros, amigos, amantes y confidentes. Que dentro de la relación de pareja madura se sepa negociar, ceder, conceder, compartir y hacer que mientras esta relación dure (ya sea poco o para toda la vida) ambos se sientan amados y acompañados. Escrito suena fácil, pero la práctica nos dice que no todas las personas llegan a este tipo de relación.
Cada uno de nosotros amamos desde el lugar en donde aprendimos a ser amados; si tuvimos poco amor, por ejemplo, aprendimos a dar y recibir poco amor o a dar poco, pero exigir mucho amor o, simplemente, a sentirnos poco merecedores del amor de otra persona. Desde este ejemplo, el amor es un concepto delicado. O desde otra perspectiva, por ejemplo, si se aprende que el ser amado está supeditado a cumplir demasiadas condiciones y es así como nos comportamos en pareja: con un amor que condiciona o que nos es condicionado.
Como los anteriores existen varios ejemplos. La parte nodal es pensar en cómo es que aprendimos a recibir ese amor, cómo nos amaron y cómo demostramos este sentimiento. Si bien en una relación existen ciertos momentos en que uno tiene que apoyar más al otro, o ceder en algunos temas, o compartir momentos que antes teníamos sólo para nosotros; entonces, no tendría que implicar un sacrificio doloroso, resignación acallada ni que nos vayamos perdiendo a nosotros mismos en el camino.
¿Cómo evitar sufrir en el amor? Me parece que empezando a reflexionar sobre lo antes planteado y analizando por qué es que sufrimos tanto ese amor, por qué creemos que el amar a alguien debe doler, debe de ser una carrera de resistencia y una especie de sometimiento total al otro.
En el amor se goza, se crece, se saca la mejor parte de nosotros día a día; en una relación nos sentimos acompañados y valorados. Difiero de la canción tan famosa que cité al principio porque amar, también es gozar.
Finalmente, replanteémonos nuestro concepto del amor, así como los tipos de relaciones (en general, no sólo de pareja) que establecemos con los demás y la relación que tenemos con nosotros mismos para poder saber qué nos implica amar y ser amados.
¿Cuál ha sido tu mejor relación de pareja?
¿Crees que tenemos un concepto erróneo del amor?
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