- El hombre necesita más sexo que la mujer. De manera similar, hombres y mujeres tienen la capacidad para disfrutar cada una de las etapas de la relación sexual, desde el deseo hasta la consumación.
- El himen se rompe al perder la virginidad. El himen es un elástico con un orificio que permite, a cualquier mujer, el uso de tampones, por ejemplo; no importa si ella es virgen o no, lo único que sucede cuando una chica pierde su “virginidad”, es que el orificio del himen se hace más grande.
- El punto G es difícil de encontrar. En realidad no lo es, sólo cuestión de práctica; para encontrarlo desliza uno o más dedos dentro del conducto vaginal y haz presión hacia arriba. Es una zona fácil de estimular.
- Todo el clítoris está a la vista. Lo único visible es el glande bajo los labios menores, pues el clítoris está formado por un tronco y una zona más abultada. Estimular las dos partes provoca su erección y aumento de volumen.
- Todo pasa en el mismo orificio. Son dos orificios: el que nos permite la evacuación de la orina (meato uretral) y el de la vagina (orificio himeneal), donde se introduce el pene.
- El placer pasa por los genitales. Las mujeres tienen muchas partes erógenas en su cuerpo, como los pezones, el cuello, la boca… ¡Explora!
- Las mujeres con senos pequeños son frías. Hombres y mujeres solemos asociar los pechos grandes o las figuras voluptuosas con un temperamento apasionado.
- Hay penes que no se adaptan a la vagina. No existe dicha incompatibilidad en adultos.
- Hay vaginas muy cortas. No es que exista una vagina corta, sino que existen contracciones espasmódicas de algún músculo o que se trate de vaginismo; por eso las posibles molestias en el ginecólogo y en las relaciones sexuales.
- Fuimos creadas para reproducir. Los genitales tienen doble función: reproducción y placer sexual.
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