El presidente Barack Obama consoló el jueves a una comunidad rural de Texas, estremecida por la mortífera explosión en una planta de fertilizantes donde murieron 14 personas, y dijo a los residentes que no estaban solos en su dolor y que tienen el respaldo de la nación para recuperarse de la destrucción.
"Esta familia de un pueblo pequeño es más grande ahora", destacó Obama en un servicio fúnebre en la Universidad Baylor para las víctimas de la explosión de la semana pasada en la vecina West, Texas, donde 200 personas resultaron heridas.
Casi 10.000 personas se congregaron en homenaje a los socorristas que llegaron apenas se produjo la explosión, una multitud que triplicó la población de West, de 2.700 habitantes.
"A las familias, los vecinos que se enfrentan a tan irreparable pérdida, estamos aquí para decirles que no están solos. No están olvidados", aseguró el presidente en medio de aplausos. "Aunque no vivamos aquí en Texas, pero también somos vecinos. También somos estadounidenses, y estamos con ustedes", añadió.
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