Si bien su presentación oficial está programa para los últimos días del mes de julio, BMW decidió develar, a modo de anticipo, el i3 de producción masiva, su primer compacto eléctrico.
El mayor problema que acarrean los vehículos “verdes” es el elevado peso de la batería, por lo que, a sabiendas del inconveniente, BMW decidió compensar esto utilizando una carrocería constituida por materiales livianos, como la fibra de carbono, la fibra de vidrio y el aluminio. De esta forma se redujo considerablemente el peso final si se lo compara con los modelos que disponen de paneles de acero.
Asimismo, la ubicación central de la batería de ión-litio provoca que la distribución del peso sobre los ejes sea equilibrada en relación de 50:50.
Bajo el lema “placer de conducir”, el i3 lleva un propulsor eléctrico exclusivo de tracción trasera que pesa sólo 50 kilogramos, que desarrolla una potencia de 170 HP y que entrega un par motor de 250 Nm. Según la compañía, se requieren nada más que 7.2 segundos para pasar de 0 a 60 mph.
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