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En primer lugar debería quedar claro que el amor no es una ciencia y mucho menos exacta, por mucho que intervengan la química, la física y la biología, por supuesto. Cada persona, cada pareja es un mundo, por lo tanto no podemos dar consejos que se apliquen de forma matemática, aunque sí podemos usar la lógica y la psicología. ¡Hoy va de ciencias!
En primer lugar vamos a plantearnos qué es a lo que nos referimos cuando decimos quequeremos enamorar locamente a un hombre. No queremos únicamente que se fije en nosotras sino que lo que pretendemos es que le resultemos indispensables, que no puedan vivir sin nosotras. O lo que es lo mismo, que quieran estar para siempre contigo. ¿Verdad?
Para conseguir esto da igual cómo le hayas conocido y cuanto tiempo hayas tardado en conseguir que se fije en ti. De eso, si te parece podemos hablar otro día. Ahora estamos en un punto en el que el hombre se ha sentido interesado y atraído por ti. ¿Qué es lo que debes hacer para enamorar locamente a ese hombre? Hacerle feliz. Así de simple. O así de complicado.
Podríamos decir que la química es lo que hace que se despierte el interés entre dos personas. A menudo ocurre que primero te entra por los ojos y luego, a medida que vas conociendo a esa persona te va gustando cada vez más, o cada vez menos, y sientes la necesidad de que él sienta lo mismo.
Aunque también puede ocurrir que un día te des cuenta de que alguien en quien no habías pensado como pareja sexual se ha convertido en alguien muy importante para ti y empieza a atraerte de un modo que antes parecía imposible. ¿Qué es lo que ha pasado? ¿Qué cambio se ha producido en esa persona? Pues que de un modo u otro te hace feliz. Su presencia, su compañía, su amistadhacen que te sientas lleno y pletórico, querido, mimado, respetado, alguien importante para esa persona. Cuando nos sentimos tan especiales no podemos menos que sentirnos especialmente agradecidos y querer a la otra persona, a menudo descubrimos cualidades que no veíamos. Así nace el amor.
Y con eso me refiero a que la clave para enamorar locamente a un hombre es hacerle feliz, del mismo modo que para enamorarte a ti hace falta lo mismo. Obviamente tendrá que existir una atracción física, pero que no exista desde un principio no significa que posteriormente no pueda nacer ese tipo de pasión.
Lo más habitual es conocer a un chico que nos atrae mucho y pasar una temporada intentando seducirle. Una vez hemos conseguido que eso ocurra es cuando necesitamos mantener el interés y empezar a abonar el terreno para que él se enamore locamente. La seducción es un juego muy importante, es bonito, te hace sentir feliz, interesante, motivada… no quieras correr, primero sedúcele y luego haz que quiera estar siempre contigo.
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Imaginemos que ese chico tan especial por fin te ha pedido para salir, habéis quedado para ir al cine, tomar algo, cenar… Esta primera cita es muy importante, sobretodo si no le conoces en profundidad ya que podrás averiguar aspectos de su personalidad y de sus gustos que seguramente no conocías. Si le conoces mejor pero no habéis quedado nunca solos es una oportunidad perfecta para que os podáis conocer con mayor intimidad.
Las primeras citas o encuentros suelen ser poco representativos de nosotras mismas, a menudo cuando volvemos a casa nos sentimos tontas, si es que no nos pasa ya estando con ellos. ¿Por qué no puedo parar de reírme?, ¿Qué le pasa a mi cerebro que parece no tener conexión con mi boca, qué es lo que estoy diciendo? Tranquila, eso nos pasa a todas. A ellos también. Además nos esforzamos por mostrar lo mejor de nosotras, como si fuera un escaparate. Eso pasa siempre. Por ello en ese punto todavía es algo pronto para hablar de amor. Está claro que puedes sentir cosas muy fuertes por la otra persona.
Pero querer estar siempre con alguien implica una serie de cosas que van más allá de las mariposas en el estómago de los primeros días. Cuando nos enamoramos solemos pensar que la otra persona es perfecta. Sí que vemos los defectos pero no nos preocupan, creemos que siempre podremos superarlos porque el resto lo compensa. Normalmente es cierto, de eso se trata.
Si quieres ser imprescindible para la otra persona debes respetarla y apoyarla. Puedes ayudarle a crecer como persona, claro está, pero siempre desde el acompañamiento y el respeto no desde la imposición o la obligación. Los seres humanos somos animales sociales, vivimos en manadas y lo que buscamos es la protección. Cuando amamos a alguien, da igual donde estemos, estar con esa persona es estar en casa. Eso, ni más ni menos, es lo que debes conseguir.
No se trata de ser más guapa, más ardiente, más pasional, más divertida que el resto, aunque puede ayudar al principio. Se trata de hacer sentir a esa persona tan especial que merece toda tu atención, tu cariño, sentir que le escuchas, le respetas, le acompañas por la vida sin obligarle a estar contigo. Él está contigo porque eres lo mejor que le ha pasado. Averigua qué le gusta, qué espera de una pareja, toma en consideración sus necesidades, pero nunca dejes de ser tú.
Siendo tú misma, queriendo libremente estar con él y hacerle feliz será la única manera de conseguir que lo sea. El escaparate de los primeros días pronto da paso a la trastienda, los nervios se relajan y permitimos ver la parte más íntima, conocer a fondo a la otra persona es un momento apasionante. No juzgues, su pasado pasado está. No dejes que te juzgue, tu pasado pasado está. Aunque el pasado es importante para conocer cómo hemos llegado hasta aquí y qué nos ha hecho ser como somos. Él es quien es gracias a la suma de todas esas experiencias, por ello, respétalas.
En resumen, hacer feliz a alguien no implica ser sumisas ni cambiar nuestra personalidad. Hacemos feliz a alguien por generosidad, si esa persona es feliz nosotras también lo somos, hacerle sentir especial, ni más ni menos que lo que es en realidad: la persona más especial para ti, es básico. Respetar, respetar y respetar siempre.
Los espacios, las libertades, la privacidad… que os lo contéis todo no significa que le atosigues a preguntas o que queráis pasar tiempo juntos no implica que tengas que llamarle cien veces por hora. Debes hacer lo que sientes pero respetando el ritmo del otro. Y sobretodo recuerda siempre que cuando le conociste te veías capaz de soportar esos defectos… Respétale y no lo olvides.
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