Como reducir las cicatrices ?

El aloe vera contra las cicatrices


Remedios caseros

Tal vez no te apetezca recurrir a métodos tan “drásticos” y quieras recurrir a los remedios “caseros”. En este sentido, la fitoterapia te ofrece soluciones que pueden llegar a sorprenderte por su eficacia, eso sí, con constancia y paciencia.

Plantas como la manzanilla, el tomillo, la caléndula y el casi “mágico” aloe vera poseen propiedades que las convierten en excelentes ingredientes para tratamientos anti-cicatrices que puedes llevar a cabo tu misma.

La manzanilla es perfecta para reparar múltiples afecciones de la piel (también para blanquearla). Es antiséptica, calmante y antiinflamatoria.A la capacidad bactericida y cicatrizante del aloe hay que unir su poder hidratante y, por su parte, la caléndula y el tomillo ayudan a la regeneración de los tejidos. Con estos regalos de la naturaleza y otros sencillos ingredientes puedes hacer algunos emplastos o sueros para extender con ayuda de un algodón que seguro te resultarán muy útiles para, con el tiempo, conseguir deshacerte de esa incómoda cicatriz. Algunos ejemplos:

1. Tritura una hoja de aloe y añádele 2 cucharadas de aceite de oliva.Extiende la mezcla sobre la zona afectada con un suave masaje circular. Puedes dejarla actuar unos 30 minutos al aire libre o tapando la zona con un gasa. Retira con agua. El aloe es especialmente efectivo en cicatrices recientes y en aquellas que presentan rugosidades.

2. Otra opción consiste en cortar una hoja de esta planta (no te preocupes, le crecerá otra al poco tiempo) y directamente extraer su néctar para utilizarlo como un gel perfecto para masajear unos minutos al día la cicatriz. También puedes mezclarlo con el zumo de medio limón para ayudar a blanquear la zona.

3. Hierve dos cucharadas de flores secas de manzanilla en un litro de agua. Una vez fría, aplícate compresas durante 20 minutos (al menos dos veces al día).

4. Hierve una cucharada de flores de manzanilla y una de hojas de tomillo. Deja enfriar y utiliza igual que en el caso anterior. Otra posibilidad es elaborar una sencilla crema haciendo que las dos plantas, ingredientes principales, se diluyan en ¼ de vaselina líquida (o aceite de oliva). Cuela la mezcla y déjala enfriar. Guárdala en un bote y tendrás tu crema lista para utilizar al menos una vez al día.

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