Los piercings genitales pueden generar muchos contratiempos, tanto al momento de colocarlos como después. Si estas interesado en llevar a cabo esta práctica, debes conocer los riesgos y peligros de tener un piercing genital.
Un piercing genital es, como bien indica su nombre, un adorno de metal colocado en los genitales. Los hombres suelen colocarse piercings en el escroto, base del pene, frenillo, glande y hasta en la uretra, mientras que las mujeres en sus labios mayores y menores, en el clítoris y en la capucha
Al tratarse de una zona delicada, los piercings genitales conllevan asociados varios peligros que conviene saber antes de decidirse a hacerse uno.
Infecciones por un piercing genital
Los piercings genitales suelen crear infecciones en esta zona, debido a la falta de higiene, como también ocurre con cualquier otro tipo de piercing. Recordemos que la zona genital se ve expuesta, además de la orina, a varios factores que pueden provocar infecciones, como el textil de la ropa interior, el contacto con otros órganos al mantener relaciones sexuales, contacto con juguetes eróticos, etc.
Si no se mantiene una higiene diaria correcta, esto es, lavando la zona a conciencia y siguiendo las instrucciones del profesional que implante el piercing, es bastante probable una infección genital, que puede derivar en esterilidad del aparato reproductor y otras complicaciones graves, aunque no son frecuentes.
Determinados piercings en los genitales pueden significar un obstáculo a la hora de practicar relaciones sexuales, del mismo modo que existe unriesgo de contagio en la implantación del artefacto, siendo posible, aunque muy infrecuente, la contracción de enfermedades como el SIDA, la tuberculosis o la lepra. De todos modos, esto se evita tomando todas las medidas de higiene y desinfección a la hora de colocarse el piercing, y de hacerlo en lugares habilitados.
Los piercings genitales provocan sangrados e impotencia
Otro riesgo relacionado a este tipo de adornos corporales son los sangrados que se pueden ocasionar cuando se implanta un piercing muy invasivo, por ejemplo, los que atraviesan el glande, que sólo se deben realizar por personal altamente cualificado y con mucha experiencia, aunque cualquier médico lo desaconsejaría totalmente.
La impotencia, tanto femenina como masculina, es otro peligro asociado a un piercing genital, así como también una posible pérdida de sensibilidad en el glande y el clítoris.
Consejos al hacerse un piercing genital
Al decidirse por un piercing genital, es indispensable asegurarse de que el lugar donde se realiza la perforación dispone de la máxima higiene posible y de licencia oficial para realizar este tipo de actividades. También sería interesante buscar opiniones de otros pacientes que ya se hayan colocado piercings en estas zonas, para conocer la experiencia y, sobre todo, los problemas que puede acarrear tener uno.
Una vez ya implantando el adorno de metal, se debe seguir una completa higiene diaria, evitando sudar de forma excesiva y dedicándole mucha atención a la zona dañada.
Tweet |