Es así de simple: el buen descanso es el principal pilar de tu belleza, y por supuesto, es la base indiscutida de tu salud.
“Después de desvelarte o tener una noche de insomnio, tu piel no se ve en las mejores condiciones. Eso sucede porque mientras duermes, tu cerebro libera proopiomelanocortina y melatonina, sustancias que son necesarias para la reparación y el buen funcionamiento de la piel”, nos dice el médico dermatólogo Humberto Cantu Garza; este experto en temas de piel y cabello también nos explica que las sustancias mencionadas “solo se liberan en pulsos, 2 a 4 veces por noche, cuando llegas a la fase de sueño profundo; entonces, si te desvelas con frecuencia o las bebidas energizantes alteran tupatrón de sueño, eso se verá reflejado en tu piel”.
Es importarse dormirse y levantarse siempre a la misma hora. Eso genera un hábito, que el cuerpo necesita para no desvelarse.
Con el ritmo de vida actual, muchas de nosotras no dormimos la cantidad de horas que nuestro cuerpo necesita. A veces, porque no nos alcanzan las horas del día para hacer todo lo que queremos; otras veces, porque el insomnio, que es una de las grandes epidemias de este siglo, nos mantiene despiertas contra nuestra voluntad.
Las ojeras, la falta de brillo y lozanía, la apariencia fatigada de la piel, son todos signos que pueden estar conectados con la falta de horas de sueño.
Además, la hipertensión, las enfermedades cardiovasculares, el estrés, los trastornos gástricos y hasta la diabetes, son algunas de las consecuencias cuando ese déficit de sueño se prolonga en el tiempo. El sistema inmunológico se refuerza durante el descanso, por lo tanto: si duermes menos, tienes más posibilidades de contraer infecciones.
Guía para dormir bien
- No te saturesLa cena no debe ser la comida más abundante del día. Lo ideal, es cenar unas 3 horas antes de acostarse.
- Cuida el hábitat de tu descanso
No puedes dormir bien en un cuarto en el cual se filtra la luz o el ruido. Las almohadas y colchones deben renovarse cuando pierden firmeza: no deben ser demasiado rígidos ni demasiado blandos.
- Controla tu alimentaciónCiertos alimentos dificultan el sueño. Por la noche, evita el consumo de té, café, bebidas cola o energizantes, y chocolate. También son enemigas del sueño las cenas ricas en proteínas (reducen la síntesis de serotonina en el cerebro y aumentan la producción de adrenalina, favoreciendo el estado de alerta): carnes rojas, huevos, grasas, embutidos y frituras.
- Consume triptófano
Todos los productos lácteos, al igual que la avena y la banana, contienen triptófano, una sustancia que colabora con los procesos fisiológicos del sueño. Pero no hace milagros: no puede contrarrestar otros hábitos que provocan insomnio.
- Respeta los horariosEs importarse dormirse y levantarse siempre a la misma hora. Eso genera un hábito, que el cuerpo necesita para no desvelarse.
- Gasta energía físicaCon 20 minutos de caminata, o cualquier otro tipo de ejercicios físicos, se mejora mucho la calidad del sueño.
- Siestas
Una siesta por la tarde que no supere los 30 minutos puede ser muy benéfica, y no altera el sueño nocturno.
- No confíes en el alcoholLas bebidas alcohólicas provocan somnolencia; pero como causan deshidratación, terminarás por despertarte a las pocas horas.
- Prepara tus rituales nocturnosEs importante hacer un “corte” en el día: fijar una hora para terminar de trabajar, y comenzar con las rutinas pre-sueño que le informan al cuerpo que es hora de dormir.
Puedes escuchar alguna música suave o leer algo que no provoque ansiedado excitación; cada uno debe encontrar su ritual. Meditar o hacer ejercicios de relajación también son buenas estrategias para dormir mejor.
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