Dos empleados de un comercio de la empresa Whole Foods en Albuquerque dijeron haber sido suspendidos por quejarse de una indicación de no hablar en español entre ellos en horas de trabajo.
Bryan Baldizán dijo que el mes pasado fue suspendido por un día junto con otra empleada tras escribir una carta luego de que el capataz les indicó en una reunión que el uso del español no estaba permitido en horas de trabajo.
Explicó que los directivos de Whole Foods les comunicaron la política de la empresa y emitieron las suspensiones.
Ben Friedland, directivo de mercadeo de Whole Foods Market en la región de las Montañas Rocosas, dijo que la empresa con sede en Austin, Texas, cree en "tener una forma de comunicación uniforme" por razones de seguridad laboral.
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