
Como si se tratara de una oferta de trabajo, una joven neoyorkina muy llamativa publicó un anuncio en un importante diario estadounidense, solicitando un marido millonario que ganase lo suficiente para poder brindarle todas las comodidades. Y ella se ofreció, destacando sus cualidades: “hermosa”, “inteligente” y “con clase”.
El aviso fue el siguiente:
“Soy una chica hermosa...