YO SOY HAITIANO y estoy muy orgulloso de serlo. Pero este orgullo no me impide ver y decir las cosas como realmente son ya que “orgullo” no es sinónimo de “irracionalismo”. Con toda la lucidez y racionalismo que he adquirido durante mis pocos años de vida me siento en la obligación de hacer un análisis OBJETIVO del artículo titulado “Carta de un haitiano a los Dominicanos” escrito por el estudiante haitiano Glandzdin Jean Denis. Artículo que suscitó muchos comentarios y que contribuyó a atizar una vez más la llama de fuego existente entre ambas naciones, llama que siempre ha existido y que siempre existirá siendo un perpetua desafío que ambas naciones deben superar.
Según la libertad de expresión, uno de los valores básicos de la democracia, mi compañero se ha expresado en su artículo sobre una serie de preguntas que cientos de libros de autores tanto dominicanos como haitianos han tratado de exponer, sin tener otro efecto que la “avivación de la llama” que mencioné más arriba.
Aun así en sus líneas personalmente resalté “fallas” y “verdades”, me permití el uso de esos dos adjetivos de significación primitivas:
“Fallas”
1) No se puede calificar de “supuesta” ayuda la respuesta humanitaria dominicana durante el terremoto del 12 de enero de 2010, ya que personalmente (y muchos Haitianos lo dirán) puedo testificar de los resultados positivos de ésta ayuda en muchas comunidades haitianas, muchas vidas fueron salvadas. Esta calificación tan irrealista puede producir en el futuro una actitud menos humanitaria ya que si no reconocemos como útil la ayuda de alguien dejará de ayudar simplemente. (Afirmación hipotética ya que no todos los haitianos piensan así. Siempre hay excepciones, la regla de las reglas).
2) Si un millón de dólares pudiera construir una universidad porque necesitaríamos al ex-Presidente Leonel Fernández para que juegue el papel de mendigo frente a Taiwán para construir ésta universidad. Falso! Esta universidad según las cifras oficiales costó alrededor de 50 millones de dólares. No es necesario tener el premio Nobel de matemáticas para poder hacer la comparación entre lo que dio Taiwán y lo que costó esta universidad. El dominicano y el haitiano más analfabeto harán la diferencia (sin problema psicológico con las cifras) y darán la misma respuesta.
3) Los Haitianos que vienen trabajar aquí no están obligados, no son esclavos. Tienen un sueldo aunque del flujo y de las necesidades de ellos nacen algunos ciudadanos oportunistas dominicanos. Ahora bien, que los contratistas llamen a los agentes de inmigración para repatriarlos en lugar de pagarlos, es inaceptable. Deben existir organismos para evitar que se produzca tales acciones deshonestas. Que el gobierno y el sector privado haitiano creen las mismas condiciones de trabajo en Haití y volverán a su país. Somos el primer país libre de América Latina, pero el más atrasado económicamente. Hemos ayudado a muchos países a tomar sus independencias que nos ayuden si quieren, como el caso de Venezuela. Pidiendo algo en cambio de nuestra ayuda en el pasado es caminar sobre nuestra dignidad.
4) Siempre mirando al pasado, nunca podremos resolver ninguna disensión entre ambas naciones. El pasado trae malos recuerdos para ambas y el hombre actuando en base a malos recuerdos no siempre es objetivo en sus acciones.
“Verdades”
1) No debemos poner en la misma línea la ayuda que proveemos a una persona (nación) y los derechos que tiene esta para actuar libre, soberano, en base a sus propios intereses. Lo que es el caso de este famoso caso “pollo y huevo” en el cual, el gobierno haitiano trata de impedir un flujo de dinero hacia la nación vecina aunque en su manera de hacerlo perjudicó intereses dominicanos. Es bueno pensar en la economía de Haití!! Pero compartiendo una misma isla debería existir una forma de hacerlo si perjudicar los intereses exteriores a la industria avícola (como el turismo dominicano). AUN así algunos dominicanos no pueden hablar de ingratitud ya que esto es un asunto comercial entre las dos naciones y hay que respetar la posición del otro aunque no esté en tus intereses. Los productos avícolas eran vendidos a Haití, era un mercado. De donde estos periodistas sacaron esta etiqueta para pegarla a la nación haitiana. Ayudarme no quiere decir que no tengo una propia voluntad y aspiraciones personales. No debemos mezclar las relaciones comerciales entre Haití y RD con la bondad que se expresa durante un periodo que lo requiere. (No voy a tratar aquí de este asunto “pollo-huevo” muy complejo donde hubo muchos errores diplomáticos que me tomaría tiempo y no es el objeto de mis líneas)
2) El mercado binacional entre Haití y RD realmente no está equilibrado. Este mercado según las cifras existentes 87 % de los beneficios en este mercado es del lado dominicano. ¿Y por qué? Una de las principales causas es la veda existente en el mercado dominicano de muchos productos en proveniencia de Haití. Y muchos comerciantes reconocen la calidad de muchos productos haitianos al igual que sus visibilidades comerciales al nivel del mercado dominicano en caso de que sea comercializado legalmente. (Nadie puede negar que la existencia de muchos productos haitianos en suelo dominicano sea fruto del contrabando inevitable existente en la frontera Haitiano-Dominicana). Las autoridades haitianas y dominicanas deben trabajar sobre eso (mucho más las autoridades dominicanas) para que este margen tan grande pueda reducirse. Las autoridades haitianas han puesto una veda a los productos avícolas, imagínense los tantos productos haitianos vedados en RD. (Reconozco que las vedas no están puestas en el mismo contexto).
No me voy a basar sobre lo que se dijo en la emisora Zeta 101.3 (Gobierno de la mañana) cuando dijeron “Viva Trujillo y viva 1937″ para calificar a todos los dominicanos de racistas y “deshumanistas”. Culpo a las personas que les dieron permiso para usar un micrófono para propagar este evangelio de terror. Culpo a los diarios que siguen esa misma dirección publicando exclusivamente noticias relacionadas con disensiones entre dominicanos y haitianos. ¿Cuántos publicarán el artículo mío? Solo considerado estos como actos de manipulación de parte de algunos que hacen su riqueza en la anarquía y en los sufrimientos de los demás. El dominicano no se resume a eso, tampoco el haitiano se resume a lo que se enseña en muchas escuelas y hogares dominicanos. Haciendo que los niños dominicanos crezcan con un “haitianofobia” o “antihaitianismo” perjudicial para ambos pueblos.
Para finalizar para fortalecer las relaciones entre Haití y RD, el diálogo es necesario, como método eficiente de resolución de todo conflicto, dialogar sabiendo que el otro es un otro “yo” con otro cuerpo y color de piel. Dejar atrás los estereotipos, no quedarse trancado en el pasado ya que solamente trae dolor a nuestras mentes. Debemos estar en busca de una armonía no completa ya que sería demasiado pedir, pero por lo menos mantener el respecto, trabajando juntos para mejorar aquellos males que nos afectan a ambas naciones que comparten “La maravillosa Hispaniola.
Escrito por: Berthony Jean Samuel Délalue
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